La comida sana está cada vez más presente en nuestras vidas, pero muchas veces resulta difícil resistirse a unas deliciosas patatas fritas, a unas croquetas, en definitiva, a esos fritos que presentan un exceso de aceite.
Gracias a las freidoras sin aceite, es posible minimizar la presencia de aceite en nuestros platos.
Al reducir el exceso de aceite, el tipo de cocina es distinto, y aunque los alimentos conservan todo su sabor, pueden resultar menos crujientes.
Entre sus principales ventajas frente a las freidoras tradicionales destaca que son mucho más limpias y causan menos olor, y además son más versátiles porque permiten hacer más platos.
Su uso hace que los alimentos tengan menos grasa y colesterol, y además, notaremos un ahorro en el gasto de aceite.
Por contra, también presentan una serie de desventajas. Consumen más energía eléctrica que las freidoras convencionales, son más caras y como hemos mencionado anteriormente, el alimento es menos crujiente.
